Mis dedos habían recorrido toda la estantería llena de vinilos, había puesto en el tocadiscos uno que mi hermana guardaba con bastante cariño de su época ibicenca, les hablo de aquel verano del 71.
Luna, con 19 años emigró a Ibiza, con unos amigos cogiendo un ferry desde Valencia, Denia concretamente, allí había vivido con un alemán llamado Stephan, y participaban en fiestas llenas de diversas drogas.
Stephan llevaba dos años en la isla, el calor le había atrapado, había estado en el verano romántico del 67 en Haight Ashbury, entre flores y canciones de Jefferson Airplane. Stephan era un tipo peculiar según mi hermana, Luna podría estar desnuda que él no iba a provocar ningún desliz para acostarse con ella. Mucho Hippismo se trajo Luna de Ibiza y muchos vinilos, sobretodo de Jefferson Airplane, Janis Joplin y The Beatles y el más especial el de The Youngbloods.
Mis dedos se detuvieron en el White Album, después en uno de los Cream, y más tarde en el Strange days, de The Doors.
Luna volvió a Ibiza y allí se quedó con el recuerdo en aquel mar, donde se concebió a su hija Martina.
Mientras yo sigo aquí restregando mis dedos en aquellos vinilos...