miércoles, 21 de enero de 2009

Primera parte

Me pierdo en sus ojos, la veo escribir con sangre en la pared "te quiero", la sigo mirando y tropiezo con el vaso lleno de whisky, soy demasiado torpe, quizá me esté haciendo viejo, me muero por dentro, me ahoga el veneno de sus manos mientras con los ojos cerrados veo el inocente cielo que me atrapa, me quiere llevar tan lento como los doce primeros segundos en la puerta del sol, el uno de enero.
Ahora es mi sangre la que se derrama, no siento mis fuerzas, no siento nada, mis manos ya no son las mismas, y ella ha dejado de existir.

¿Dónde están las llaves del cielo que me decía ven?

No hay comentarios:

Publicar un comentario